Recomendado: “La vida que queríamos”, un relato de la vida en pareja
Cuando vemos el término
“drama” en el análisis, resumen, opinión o género de una película lo
asociamos generalmente a lo melodramático, prejuzgar que seguramente el
director utilizará seguramente el recurso de la “lagrima fácil” para hacer
sentir su presencia y la del argumento. Pero en este caso no es así. Por el
contrario, va a ser difícil sacarle una lágrima a Ud. en La vida que
queríamos”, por el contrario, lo más probable es que lo intimista de la
película lo lleve a concentrarse mucho más en la problemática y en la
profundidad de esta crisis de pareja. Y lo más notable es que le deje
reflexiones para charlar o compartir con quién fue a ver este filme.
La vida que queríamos es el
relato de un momento de la vida de una pareja a que le es dificultoso tener
un hijo. Y ya desde el principio nos muestra la situación del matrimonio.
Ante la infertilidad y la consecuente frustración, siendo la cuarta vez que
la mujer no queda embarazada ante la fecundación in vitro, Alice (Lavinia
Wilson) y Niklas (Elyas M´Barek) abatidos, pero aún con esperanzas para
seguir, la doctora los incentiva a descansar. Aprovecha para recomendarles
que tomen distancia de la situación para evitar derrumbarse y poder elaborar
el duelo de esta circunstancia. Según la doctora lo mejor serían una
vacaciones para evitar obsesionarse de esta situación. Vacaciones sí, pero
será el contexto de una nueva prueba para el matrimonio.
Si uno cree que cuando se
está frente a unas maravillosas playas y un complejo turístico moderno, con
todas las comodidades y en vez de cuartos, cabañas, cada una con todos los
elementos para entretenerse y disfrutar, con la parrilla, la cancha de
tenis, etc., ha dejado sus problemas atrás, esta equivocado. Es aquí donde
se enfrentan cara a cara con el vacío que les cuesta llenar. Más cuando
contrasta el turismo compuesto por familias, niños y risas. Sin embargo, la
vida tiene sus pro y sus contras.
Qué pasa. Llegan unos
vecinos. Una pareja también joven como ellos pero con dos hijos. Una niña
hermosa y cariñosa y un hijo adolescente introvertido, observador pero poco
comunicativo. La pareja es bastante simpática e intentan hacer “migas” con
ellos, aprovechando que la niña de 5 años con su curiosidad le permitió
adelantar las presentaciones y acercarse a ella (dado que vacacionaban al
lado de su casa). Nada mejor le podía haber ocurrido a Alice creando un
vínculo afectivo con la nueva vecinita. El continuo contacto con la niña
permite profundizar su deseo de tener un hijo, pero Niklas quiere dar vuelta
la página. Aquí hay dos maneras de enfrentar el futuro. Algo que también
refleja la nueva pareja de vecinos. Por un lado no hay muy buena
comunicación con el hijo y esto se lo muestra el vecino a Niklas
confesándole la envidia de no tener hijos. Inclusive las discusiones y la
turbulenta relación que tienen los vecinos muestran que tampoco son felices.
En ambos casos, los
personajes manifiestan insatisfacción y vació existencial y hay una gran
cantidad de expresiones, ya sea en los diálogos, los gestos o las actitudes
durante toda las vacaciones pero creo es mejor que Uds. vayan descubriendo
el grado de dramatismo de cada matrimonio y como cada uno economiza su
repertorio de conductas para explicitar su tristeza.
La vida que queríamos es una
reflexión sobre la necesidad de cada uno de ser comprendido en lo más
íntimo. Una película donde se muestran amores en riesgo de alejamiento o
distanciamiento. Un punto de vista muy pocas veces enfrentado con una serena
visión de la depresión grupal entre adultos.