Desconectarse del celular: un bol especial lo puede hacer posible
La postura de Cohda no sólo la comparten en Plaza Sésamo. Se apoya en estudios que han mostrado que la necesidad de interacción que es natural en el ser humano no debe responderse exclusivamente a través de estos dispositivos. “Nuestras vidas se han vuelto intrínsecamente conectadas a nuestros smartphones, haciendo imposible que desconectemos de verdad. Esta adicción a la sociedad digital parece haber interrumpido nuestra comprensión de las interacciones cara a cara y el arte de la conversación real”, señalan.
Bolitas de última generación
Las microesferas que han creado para rescatar estas habilidades perdidas son producto de un proyecto de investigación y desarrollo impulsado por el propio estudio Cohda. Envueltas en una capa de níquel altamente conductiva y no magnética, pesan menos que sus homólogas de acero y tienen una dureza inferior, de manera que no son susceptibles de acabar rayando las pantallas de los dispositivos. También se ha tenido en cuenta el tamaño, para evitar que puedan introducirse en los puertos de audio, carga y demás orificios incorporados en los celulares modernos.
Un pero: los móviles enterrados en Komoru incrementan ligeramente su gasto de batería. “Pero queda ampliamente compensado por el ahorro de batería que se produce al no usar el teléfono”, apuntan.
En definitiva, Kohda propone una barrera física contra las invasiones del mundo digital. Los móviles enterrados en sus microesferas quedan automáticamente desconectados del mundo exterior y recuperan la conexión tan pronto como se vuelven a sacar a la superficie.
Por: Diario El País
Fuente: La Nación